Hunt: Showdown 1896 - Lonely Howl

Este DLC contiene un cazador, dos armas y una herramienta: - Aullido Solitario (cazador) - Destripadora (Pax Zarpa) - Gruñido de Acosador (arco de caza) - Cuero Virgen (puño americano) Los primeros recuerdos grabados a fuego en la tierna mente del jovencito Leonel Frisk fueron los de bestias desolladas vivas, el hedor de entrañas hirviendo y el olor oxidado de la sangre goteando por las venas cortadas. Esas imágenes acabaron despertando algo terrible en él: una afinidad antinatural por la violencia. Hijo de venerados cazadores de lobos en Kansas, vio a su madre y a su padre acechar, cazar y destripar a las bestias ante sus ojos infantiles. Con cada nueva presa que llevaban a ese matadero al que llamaban hogar, la bruma roja crecía y su mente se nublaba con delirios sanguinarios. Cuando sostuvo su primera pieza de caza menor entre las manos bajo la luz plateada de la luna llena, los lobos aullaron como si celebraran su rito de iniciación, inconscientes de la brutal sed de violencia que ardía en su corazón e ignorantes del derramamiento de sangre que caería sobre ellos. Fueron los lobos, y no su padre, quienes enseñaron a cazar a Frisk. Celoso de su naturaleza salvaje y su habilidad para la caza, Frisk quiso demostrar su valía venciendo al lobo alfa con la Caldwell Pax que le había dado su padre. Cuando lo consiguió, se vistió con su piel y adornó su Caldwell con el colmillo que le había arrancado de la mandíbula y con el que intentó apuñalar en el corazón a su propio padre. Más tarde, se convertiría en el depredador más feroz de la zona. Frisk venció al alfa del bosque, pero hubo alguien a quien jamás logró superar: su padre. Y así fue cómo Frisk desapareció en la noche, armado solo con la Caldwell de su padre y un arco de caza. Su sed de sangre lo llevó hasta Luisiana, donde siguió cazando, totalmente ajeno a las sombras que seguían cada uno de sus movimientos; las mismas sombras que, tiempo más tarde, los cazadores del Pantano conocerían como Lobo Letal y Lobo Luna; las mismas sombras a las que una vez llamó "papá" y "mamá". Cual lobo solitario, siguió su instinto y cambió a una manada por otra, olvidando su naturaleza humana y las palabras de su padre: "Un lobo que abandona la manada no es solo un lobo, es una amenaza".