Hunt: Showdown 1896 - Biatatá - Still Waters Run Deep

Este DLC contiene una cazadora, dos armas y un consumible: - Biatatá (cazadora) - Proteção do Andarilho (Renacer) - Cobra da Várzea (Scottfield Escupefuego) - Língua de Fogo (bomba incendiaria líquida) El siguiente extracto pertenece a la historia corta ""Cobra da Várzea"", publicada en un periódico clandestino de Salvador (Bahía), Estados Unidos de Brasil. (Se adjunta la traducción escrita a máquina). Son las tres de la mañana y la única luz que hay en varias leguas procede de la pequeña hoguera que ha encendido en la arena. Está cortando cuidadosamente su presa con un cuchillo, que maneja con dedos ágiles y pulso firme. La carne cede con un sonido húmedo, y ella lo aprieta con decisión. A sus pies, cuatro hombres emiten unos gemidos ahogados mientras contemplan la noche con los agujeros sangrantes que tienen por ojos. Cuando los pescadores los encuentren, estarán vestidos de blanco junto a las olas del Atlántico, esperando el juicio final por los pecados que los tribunales humanos les perdonaron sin pestañear. Para entonces, ella ya se habrá ido. Habrá murmullos por las calles y los lugares de reunión. ""Es cosa de Biatatá..."". Algunos la llamarán heroína, otros asesina, y los supersticiosos contarán historias sobre una serpiente fiera que roba los ojos a los hombres y los vuelve locos. Pero, sobre todo, la gente y los periódicos se preguntarán ""¿por qué?"". Con el glóbulo ocular entre los dedos, se pregunta, no por primera vez, si alguna vez será capaz de dar su respuesta. Nunca ha creído en la justicia, y ya no recuerda la última vez que disfrutó de una venganza. Lo único que recuerda es ser insignificante entre la muchedumbre, caer y que la usen de felpudo, sangrar y que la dejen pudriéndose. Preguntó por qué tantas veces y, cuando recibió la respuesta, fue como un bálsamo para ella. Quizá a veces uno es malo porque puede. Sin más. En ese caso, sus motivos podían ser igual de superficiales. Quizá no sea ni una heroína ni un monstruo y mate a esos hombres despreciables porque puede y porque, si ella no lo hace, no va a hacerlo nadie. Lanza el ojo a las llamas, respira hondo y dibuja una sonrisa en su rostro. Mañana viajará al norte, a tierras frías, en busca de terrores más oscuros y decisiones más difíciles. Pero esta noche el aire de Salvador calienta su piel, y los gritos de los hombres se desvanecen en el silencio. Sabe que esos muertos no van a volver.